Odio cada vez que vuelves.
Esa noche absurda en que nos abrazamos
y hacemos otra vez como si el tiempo no hubiera pasado.
Y vaya si ha pasado...
No tienes ni puta idea.
Lo desequilibras todo
y lo haces más incómodo:
el calor más asfixiante,
la desgana más hambrienta,
la soledad aún más triste.
Ojalá que fuera verdad todo lo que decías.
Ojalá que no aparecieras por aquí nunca más.
No vas a joderme más veranos.
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