16 de enero de 2010

Mereció la pena saborear el sueño . . .




Hoy el sol vuelve a salir, tímido… algo ausente, ya no arde con tanta fuerza...

Sus rayos han perdido alcance, y su candor…
Algo pasó aquí abajo, o mejor dicho, no ha dejado de pasar…
Mucho peor.

Tras unas buenas vacaciones esperaba novedades, seguir teniendo razones por las que seguir allí, en lo más alto.
Pero la rutina aglutina sus horas reduciéndolas a un segundo..
El resto es sólo repetición…
Algo nuevo, algo por lo que luchar…

Echa un vistazo y ve a Verdad, disfrazada de eufemismo, siempre fue tan tímida y polémica. Y río al ver que seguía escondida.
Rotando, se encontró con una vieja amiga, siempre había creido en ella, Solidaridad; hoy estaba sonriente, iba a estar un tiempo de moda… cosa de un terremoto, le dijo.
Un poco más optimista nuestro incansable amigo recuperó el ánimo y buscó a otro de sus fieles colegas.
Escudriñó y no encontró, desesperó y no sació su curiosidad.
Fatigado prefirió dejar la segunda entrega de la búsqueda para el día siguiente, pero tras unos minutos, comenzó a sonreír...
Sabía porque Utopía, no estaba hoy allí para contarle sus penas. Estaba ocupada demostrándole al mundo que sólo era producto de los extraños habitantes de aquello a lo que llamaban Tierra… había desaparecido, pero con un respingo recordó que volvería errante, despistada y bohemia, como siempre...

Y se acordó de aquellos hombrecillos, y de que ninguno le había mirado de frente, y que si los invasores llamados humanos estaban cerca de él se ponían como rojos… sólo era vergüenza…

Al menos, mereció la pena volver.
Pero los sueños, sueños son...


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