2 de mayo de 2010

Lo que nunca te escribiría (en cualquier tiempo verbal)

Un cumpleaños más sin ti, un regalo sin abrir, y esta carta para ti…


Aquella carta en la que me dabas las gracias por tantas cosas, y reflejaba la etapa más intensa de nuestras vidas, en la monotonía de la pereza del estudio. Aquel regalo que nunca te dí, que ni siquiera compré pero sabía que era más tuyo que de Londres.
Aquel cumpleaños al que viniste por sorpresa, alegrándome el día entero con ahogadillas incluidas.
Los viernes, los viernes y sus tardes, las tardes y sus charlas en el lugar más lleno de paz y de llantos y de vida y de nuestros pensamientos. Siguen allí, te lo juro, pero yo ya no pienso cuando voy, ni siquiera voy, supongo que tú tampoco…
Las ideas locas, la rebeldía, la extrema rebeldía que nos obligó a hacer todo lo que nunca volveríamos hacer jamás, el helado que me devolvió las ganas de seguir la carrera, aunque fuera a pata coja…
Se que todo se quedó para siempre en una canción a grito sentido en aquella clase, en una ciudad egoísta, en el anuncio de un partido político, en la risa escandalosa de la libertad, en la persecución de nuestros ideales a la velocidad e un carro de compra.


No quiero que vuelvas, ya no, pero sigo llorando cada vez que canto aquel estribillo, quizás porque entonces no tenía sentido y ahora le sobra.


Hoy te escribo desde el silencio, del inmenso vacío que yo siento sin ti. Pero sin perder la esperaza en el mundo soñado que está por construir…

No hay comentarios: