19 de junio de 2010

Otro más... otro menos.























Hacen falta y sobran imbéciles.

Porque el piano no hace al pianista, ni las palabras al hombre lleno.
Hoy siento su pérdida, corren los estúpidos mis nervios.
Será ley de vida o que este mundo no es digno para los genios,
pero se ha ido dejándonos ciegos.

87 sabios como él serán necesarios para llenar las letras de sabiduría
que consigan arrojar luz sobre esta jauría.


¿Qué le pasa al 2010? Se llevó a nuestro hombre de sombra alargada y a un guardián entre el centeno...

En fin.

¡Hasta siempre maestro!


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