8 de febrero de 2012

Adiós de ida y vuelta

Entonces has entrado y ya sonreía.

Yo he cerrado el pestillo, he apagado la radio y te he pedido que te callaras.
Me he sentado a tu lado, y te he sostenido la mirada durante un rato.Esta vez no me he dejado ganar.
Te he contado que había estado pensando en lo de antes. En nuestras tertulias a deshoras, cuando no éramos tan débiles y cuando todos los barrancos mentales terminaban siendo correos en blanco y sin asunto.

-¿Te acuerdas? -Te he dicho
Ni siquiera has mostrado tu típica media sonrisa. Tenías la mirada perdida.

-Te dije que si conseguía irme no iba a dejarme nada aquí.

-Pero mírate, Eres un estúpido triunfador de provincia y vienes como si no hubiera pasado nada. Como si no hubieras llorado con cada frustración que te ha costado ganarte tu lugar, como si yo no hubiera sufrido contigo. Parece que no hemos sido nada. ¿Por qué has dejado que pasara esto? ¡Dímelo!

Me has abrazado y he roto a llorar insultándote por desesperación.
Me has pedido que me callara, has encendido la radio, has abierto el pestillo, y te has marchado.


"Sé que se va y me quedo frente al muro
de la lamentación y del olvido,
oscuro el sol y el corazón oscuro.


Viene y se va. Yo nunca lo despido.
Al oído del alma le murmuro:
-Gracias, bien mío, por haber venido.-"
                                           (Antonio Gala)






No hay comentarios: