8 de enero de 2013

With(out) you.



Provocabas la casualidad y tu perfección me acojonaba. Ignorarías, supongo, que en cada beso afilaba el dardo y te señalaba con el índice el centro de la diana.
Incontrolablemente incapaz de encontrarme cada vez que me buscas, el verbo "to be" se vuelve un viejo desconocido si tu boca viola la distancia de seguridad.
No. No. Y no. Yo lo que echo de menos es París, no tus mensajes de texto con punzada en el estómago.
No imaginas lo que temo querer buscarte en cada sombra cuando amanezca.
Quédate, con la condición de que tu perfume no se quede tatuado en las sábanas. Sólo porque sé que te harás el dormido cuando me despierte en mitad de la noche para verte dormir mientras le pido a tu reloj que se detenga la esfera.

A partir de aquí, aconsejan utilizar indiferencia, venda y distancia. Por si acaso.
Pero yo nunca he sabido querer con el freno de mano puesto.

Porque tienes fecha de caducidad me he cansado de jugar según las instrucciones.




No hay comentarios: